5 generaciones de tradición apícola en tu mesa

Desde los corchos de nuestro tatarabuelo Valentín hasta las modernas colmenas de hoy han pasado más de 170 años.

1845
Nuestro tatarabuelo
El señor Valentín

Valentín, nuestro tatarabuelo, inicia la tradición apícola familiar en La Pesga, Extremadura, el pueblo actual de nuestros abuelos.

Valentin comienza su aventura recogiendo enjambres de abejas del campo y las introduce en corchos para darles un nuevo hogar donde poder crecer y desarrollarse.

Corchos antiguos

En esta época, la apicultura era una actividad artesanal y de subsistencia. Nuestro tatarabuelo tenía como máximo 8 corchos con colmenas.

¿Cómo se sacaba la miel de los corchos?

Las abejas construían sus propios panales dentro de los corchos, y la miel se extraía de forma manual. Se abría la tapadera del corcho, se ahuyentaba a las abejas con humo, tal y como lo hacemos ahora y con un cuchillo se cortaban los panales de miel que estaban pegados a las paredes de los corchos.

1915
Nuestro bisabuelo
Nicolás el hijo de Valentín

Nicolás, nuestro bisabuelo, comenzó ayudando a su padre Valentín. Durante esta época y de forma muy gradual, se produce una transición significativa en la apicultura nacional ya que se crean cajas especificas para darles un hogar a las abejas y que su manipulación y trabajo sea más sencillo.

De esta forma se pasa de tener abejas en 
corchos de árboles a las cajas de colmenas que conocemos hoy en día.

Sofía, la mujer de Nicolás, nuestra bisabuela

Una vendedora de pies a cabeza. Siempre acompañada de su mulo, se recorría todos los pueblos y ciudades colindantes de La Pesga vendiendo miel y derivados. Su especialidad, el aguamiel.

Transporte de colmenas

Nicolás comienza a mover las colmenas de una finca a otra dentro del mismo pueblo en mulos y carretillas para mejorar la comida que adquirían las abejas. Así, comienza la transhumancia de las abejas de nuestra familia.

Transhumancia fuera del pueblo

Tras el éxito de mover las colmenas de una finca a otra, nuestros abuelos comenzaron a mover las colmenas a lugares un poquito más lejanos para que las abejas se pudieran alimentar de diferentes flores y árboles.

Los mulos, carretillas y en algunos lugares el tren de mercancía eran sus medios de transporte. ¿Os imagináis transportar colmenas en un tren?

Participación de la mujer en la apicultura

En nuestra familia, comienza la participación de las mujeres en la apicultura con nuestra abuela Ángeles aprendiendo y ayudando a su padre a poner láminas de cera.

Para protegerse de los picotazos de las abejas, nuestra abuela usaba una malla de hierro que ella misma cosía a una tela y eso les servía de careta para protegerse de los picotazos en la cara. Una camiseta y pantalones vaqueros de su padre para protegerse las piernas. 

Posteriormente, este bonito oficio pasaría a su hija (nuestra madre Fabiola) que con tan solo 12 años de edad ya era una más del equipo.

1956
Nuestros abuelos
Ángeles & Pedro

Tras su matrimonio, nuestra abuela Ángeles heredó las colmenas de su padre. Con el trabajo de ambos el número de colmenas aumentaron. Consiguieron comprar su primer coche, un 4L para transportar las colmenas a otros lugares y los nuevos miembros de la familia, se criaban en el campo rodeados de colmenas y otros animales. 

El coche y nuevas posibilidades

De cargar a mano las colmenas y transportarlas en mulos y carretillas, el coche comenzó a ofrecer la posibilidad de probar diferentes variedades de campos para obtener otras variedades de miel y polen

Modernización de la apicultura

Ya con nuestra madre pequeñita, nuestros abuelos pudieron comprar una máquina para meter los cuadros dentro, que por centrifugación, hace que la miel se separe del cuadro y la cera que alberga la miel se mantiene intacta para poder volverla a meter en la colmena y que ésta no sufra.

2020
Continuación de la tradición familiar

Nosotros somos la 5ª generación, una pareja de hermanos que nos hemos integrado al negocio familiar, asegurando la continuidad de la tradición apícola familiar.

Según avanza la tecnología adoptamos nuevas técnicas más modernas para mejorar la salud y el bienestar de las abejas sin olvidar la esencia que nuestros antepasados nos enseñaron.

Nuestra miel se vende en el mercado nacional e internacional, ayudándonos a construir una marca familiar reconocida por su calidad.

Más de 170 años polinizando

¿Sabías que las abejas de la familia han polinizado flores de Extremadura durante más de 170 años, contribuyendo a la biodiversidad de la región?. En la actualidad, la familia cuenta con más de 600 colmenas, lo que la convierte en uno de los principales productores de miel de la región.

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